jueves, 30 de enero de 2014

Una sombra bajo un árbol, Squares Jumping y un padre

Una temperatura agradable y una sombra bajo un árbol era lo único que quería Mario San Martín. Y lo tenía. Su conferencia había acabado y en lugar de irse a casa o pasear por la ciudad, decidió quedarse andando por Ciudad Universitaria y respirar el aire juvenil de la zona. Lamentaba no haber acabado nunca la carrera, pero aún estaba a tiempo de empezar unos nuevos estudios. Tenía dinero ahorrado y sus obligaciones literarias no se lo impedirían. Ya había publicado su nueva novela y todavía quedaba para terminar de escribir y comenzar las revisiones de una nueva, ésta más corta. ¿Qué le frenaba entonces para estudiar? Realmente nada. Ni siquiera su relación con Lorena. Es más, eso era lo opuesto a un freno. Ella le animaba continuamente a resarcir lo no hecho en el pasado mientras tuviera el cerebro en buenas condiciones.

martes, 28 de enero de 2014

Dolor, lágrimas, resignación y the Midnight Special

El sepulturero cerró el nicho y todo acabó. Lorena lloró sobre el hombro de su padre, que se mantuvo serio y sin decir ni una palabra desde que salieron de la iglesia camino del cementerio. Uno a uno, todos los familiares, amigos y conocidos del pueblo les fueron abrazando y dando besos, diciéndoles que ya había pasado todo y que ahora tenían que mirar hacia delante. Ella ya no sufriría más, se fue de repente y esas cosas hay que asumirlas. Las palabras no alivian en esos momentos en los que una piedra se interpondrá para siempre entre tú y tu madre. Pero es lo que hay. ¿Cómo luchar frente a la muerte y frente al dolor que la misma provoca en los que despiden a quien se va para no retornar jamás? Todos se marcharon del cementerio en los siguientes minutos a la dura despedida final, en un proceso de varias fases en las que el fin está cada vez más cerca y cada segundo es eterno. Todos salvo Lorena, su padre Sebastián y Mario, que la observaba desde un segundo plano.

domingo, 26 de enero de 2014

Un abrazo bajo la luz de la Luna y una estrella que se apaga

Lorena estaba en la terraza viendo las estrellas y bajo sus ojos todavía tenía la huella de las lágrimas. No recordaba haber llorado tanto como ese día. Pero no todos los días tu padre te llama y te dice que tu madre ha muerto de un infarto. No era una mujer vieja, tenía sesenta y uno. Aún le podían haber quedado unos años más con una calidad de vida aceptable. No sufría ninguna enfermedad y su matrimonio era feliz. No más que el de otros, pero no más triste, monótono o aburrido. Y ahora, de repente... Todo se acabó para su madre, sin avisos previos, sin la posibilidad de reponerse. La muerte no llega preguntándote si has vivido lo suficiente y no te da una segunda oportunidad si le dices que no. No te da un poco más de tiempo para hacer ese viaje que siempre habías soñado. Te lleva sin hacer preguntas, la muy puta.

viernes, 24 de enero de 2014

Personas invisibles, olvidadas y marginadas

Unas ciento cincuenta personas, o doscientas, o trescientas, las que sean, sentadas en el salón de actos esperando a que comience la conferencia. El ponente, Mario San Martín, se dirige a un estrado marrón que había en el lado izquierdo desde el punto de vista del espectador, a la derecha del escenario mirando de cara al público. Da unos golpecitos en el micrófono para comprobar que no había problemas con el sonido. Viste unos zapatos negros, pantalones vaqueros azules, una camisa azul, corbata con negra y una americana azul oscuro con un pañuelo sobresaliendo de forma tímida a través de un bolsillo que tenía en el lado izquierdo. Se seca unos gotas de sudor que tenía en la frente por los nervios del momento, bebe un poco de agua de una botella que había en el estrado y comienza a hablar. Esa iba a ser más o menos la situación.

miércoles, 22 de enero de 2014

Cuando puta es la única palabra del vocabulario de un hombre...

La pegó una y otra vez. Porque se lo merecía. Porque era una puta. Sin más. No sabía muy bien los motivos, si cualquier persona se lo preguntara no sabría qué respuesta concreta dar. ¿La Tierra orbita alrededor del Sol? La respuesta está clara: sí. ¿Se puede vivir sin corazón? La respuesta está clara: no. En cambio, si alguien le preguntase en cualquier momento por qué la pegaba, por qué le daba una paliza tras otra, por qué se le había metido en la cabeza que esa mujer era una puta que se merecía eso y mucho más, no sabría qué responder. Lo hacía movido por sus instintos, no por argumentos. Por maldad, por pura maldad. ¿Qué le había hecho ella para que la pegara? Posiblemente nada. ¿Qué puede hacerle una persona a otra para recibir una paliza tras otra?

lunes, 20 de enero de 2014

Una cena de cumpleaños, una manifestación y un paseo por el lado salvaje

El champán se derramaba de las copas con los brindis. Era el primer año que celebraba el día de su cumpleaños desde que era un niño. No creía que estar un año más cerca de la muerte fuese un motivo para estar feliz y brindar. Pero aquel año Lorena y Ramiro Villanueva le obligaron a cenar en un restaurante para celebrar su cumpleaños. No habían llegado más cartas amenazadoras y no habían notado nada extraño en su entorno. Las conferencias a los alumnos seguían su rumbo, Mario no había sufrido más síncopes desde el último varias semanas atrás y su editor le animaba para estar lo mejor posible de cara al lanzamiento de su próximo libro. Tenía una mujer en su vida que lo amaba y sonreía más a menudo que antes. No era otra persona, pero si existe la felicidad y si es posible alcanzarla, parecía que Mario San Martín estaba en esos momentos más cerca de lograrlo de lo que llegó a estarlo nunca antes.

sábado, 18 de enero de 2014

Amenazas de muerte y un baile en el salón de casa

Se despertó con los ojos enrojecidos, como si hubiera estado tragándose el humo del tabaco con la mirada. No en sentido metafórico. Llevaba varios días nervioso y aplastaba los cigarrillos de forma compulsiva en el cenicero uno tras otro sin terminar de fumárselos. El humo impregnaba su mirada y se pegaba a sus ojeras. Se acostaba pasadas las tres o las cuatro de la madrugada con dolor de cabeza. Con ese dolor que se clava en las sienes y es inaguantable. Sufría mareos y vomitaba el alcohol y la poca comida que ingería. Se quedaba tumbado horas en la cama, boca arriba, esperando una llamada telefónica.

jueves, 16 de enero de 2014

Una noche de poesía con versos y métrica libres y una botella de vino

-Cazar una mariposa el vuelo y guardarla entre las manos es como pintar la fina línea que separa el cielo del mar o el firmamento de las dunas rojas del desierto esos anocheceres en los que parece que el cielo sangra. Hay que tener mucho tacto, precisión, sensibilidad, ternura, delicadeza y una capacidad artística difícil de definir. Es como intentar dar el beso perfecto. Ese beso irrepetible que te hace feliz y te entristece al mismo tiempo porque no volverás a sentirlo jamás -decía Mario San Martín recorriendo la espalda desnuda de Lorena con los labios, desde la cintura hasta el cuello, mientras ella apretaba las sábanas con las dos manos extendidas.

martes, 14 de enero de 2014

La Bakin' Blues Band en directo y una declaración de amor...

Un matrimonio bajaba las escaleras. No llevarían muchos años casados, pensó al verles, ya que en sus ojos aún se veía la ilusión de que el amor les duraría toda la vida y hasta que la muerte les separase. ¿Qué pasaría si pasados unos años, él la engañase a ella y la joven se enterase? ¿Qué pensaría acerca de los años pasados junto a aquel hombre que, estaba segura, nunca la engañaría, era el hombre de su vida y como marido y mujer sólo podían esperar más felicidad que la que habían tenido durante su época de novios? ¿Y qué pensaría él si descubriera un día cualquiera que ella le había sido infiel con otro hombre? ¿A qué fuego vengativo echaría para que ardieran los recuerdos funestos de una vida feliz que resultó no ser lo que parecía? Probablemente ante los ojos de Dios serían marido y mujer hasta que el Altísimo decidiera llevarse a uno de los dos, o a ambos al mismo tiempo. ¿Lo serían también ante los suyos propios de descubrir una infidelidad?

domingo, 12 de enero de 2014

Todos necesitamos ser felices

¿Cómo había llegado a la clase? ¿Cómo sabía que impartía conferencias en la universidad? ¿Era la primera vez que acudía a una o ya había estado en anteriores? Básicamente, esas eran las preguntas que le rondaron la cabeza desde que la vio hasta que terminó la charla y se quedaron solos en el aula. Sí, era ella. De eso no había ninguna duda. Las preguntas sin respuesta eran todas las demás, no si aquella mujer que le había pegado una bofetada a un alumno con la mano demasiado larga era la misma que la que conoció en el bar. Ella sonreía, sabía que su presencia le había descolocado y disfrutaba teniendo las riendas y conociendo las respuestas que Mario San Martín estaba buscando.

jueves, 9 de enero de 2014

Mentiras políticas, dictaduras, alianzas de civilizaciones... y al final, una bofetada

El último de los alumnos llegó al aula y se sentó. Era Guillermo Gómez, un joven de 22 años que solía ser de los más participativos en las clases de Mario San Martín. Ya estaban todos los que se suponía que iban a acudir a la charla de esa mañana. Mario los observó en silencio unos segundos antes de empezar a hablar. Minutos antes había escrito las notas habituales en la pizarra para guiar la clase y había pedido al personal de la facultad que preparara el proyector porque lo iba a necesitar. Sobre la mesa tenía una botella de agua mineral. Bebió un poco para aclararse la voz y empezó la clase sentado.

martes, 7 de enero de 2014

Cuando Matt Gordon por fin mata a su mayor enemigo. Fin de la novela

Uno, dos, tres, cuatro y cinco. Cinco disparos. La pistola no tenía más balas y no podía llenar con más plomo el cuerpo de ese hijo de la gran puta cuyo cadáver se estaba desangrando a sus pies. La lucha de cuarenta y tres años por fin llegaba a su fin. Había sido cruenta, se había cobrado la vida incluso de personas inocentes que estaban en el momento equivocado en el peor lugar posible. Otros no. Esos se habían merecido la bala en la sien, en el pecho o en la boca. Pero la madrugada del 4 de octubre de 1981 todo terminó. Matt Gordon había matado a su peor enemigo.

domingo, 5 de enero de 2014

Habitación 14. El amanecer y el primer tren de la mañana siguiente

Fermín llevaba dormido más o menos una hora en su banco habitual. Fue trabajador de Telefónica en los años setenta y ochenta. Lo despidieron por llegar borracho una mañana al trabajo. No era la primera vez, sino la tercera. La segunda le advirtieron de que si volvía a hacerlo, lo despedirían. La primera lo salvó un compañero que al verlo, se lo llevó a casa y le dejó durmiendo la mona todo el día. Acababa de divorciarse. Ángeles, su exmujer, le dijo que ya no aguantaba más una relación en la que el amor no era más que el recuerdo de un falso oasis en mitad del desierto. Ella había coqueteado con escribir algún libro de poesía en su juventud, y con cuarenta y cinco años aún conservaba su capacidad literaria. Aunque fuera para romperle el corazón a un hombre que nunca se dio cuenta de que algo fallaba en la relación. Fallaba lo más importante.

viernes, 3 de enero de 2014

Habitación 14. Historia de una terapia de madrugada

Los dos hombres estaban sentados frente a frente. Era como una terapia, como una sesión con un psiquiatra. Uno busca respuestas, el otro habla. Intentan ir al origen del problema y desentrañar cada detalle que pueda servir para dar con el diagnóstico apropiado y a partir de ahí, seguir hablando y hablando. ¿Por qué hablar tanto? Según el profesor Villanueva, porque es difícil solucionar los problemas de la vida atendiendo a un solo factor. El alcohol, el insomnio, los síncopes... ¿Tenían el mismo motivo? ¿El origen era un mismo hecho? Eso era lo que quería descubrir. 

miércoles, 1 de enero de 2014

El escritor que no merece dar clases en la universidad

Su cuerpo cayó al suelo como un peso muerto. No le dio tiempo a apoyarse sobre la mesa y los papeles con el manuscrito de su nueva novela, que tenía que enviar a su editor esa mañana, cayeron con él. Fue todo repentino tras un corto periodo de tranquilidad, no había vuelto a sufrir un episodio similar en los últimos diez o quince días. Los médicos le dijeron que sus pérdidas de conocimiento no tenían aún una explicación y que debía seguir haciéndose más pruebas. No había signos de enfermedades cardíacas, de eso podía estar seguro. Tampoco era un tumor cerebral. Pero estaba enfermo y no sabía de qué. El primer día que sufrió una pérdida de conocimiento de este tipo fue el 14 de septiembre del año 2007. Caminaba por la calle, su vista comenzó a nublarse y cayó inconsciente.